El día tres fue un día especial, empezamos con la tradicional misa en honor a nuestro patrón, opinión personal aparte del actual párroco el cual a mi ver debería replantear sus sermones moralistas predicando con el ejemplo, fue una solemne misa recordando a nuestro santo patrón, a la que acudimos practicamente todos los presentes ese día en nuestra localidad.
Una vez terminada la misa se bajo al albergue donde cada uno tomo su vermut y más tarde degustamos el fantástico menú planificado por Lluis para ese día.
y por útimo en la tarde vino al albergue un experto cortador de jamón que nos deleito con sus finas lonchas y sus fantásticas presentaciones.